Los seres humanos todos los días nos alimentamos de vegetales, carnes, lácteos, huevo, etc. pero ¿te has preguntado de dónde provienen esos alimentos? La respuesta no es difícil de visualizarla y nuestra mente se proyecta al cultivo de la tierra y a la crianza de animales. Y en efecto, la agricultura es el elemento más indispensable para los seres vivos, al proveer de alimentos, independientemente de sus técnicas de producción: convencional y tradicional.
La agricultura convencional o industrial ha promovido una propaganda exhaustiva para la mecanización, tecnificación y homogenización en la gestión de sus sistemas agrícolas, pero con altos costos de impacto ecológico e inversión financiera. Por otro lado. la agricultura tradicional busca la diversificación de sus sistemas agrícolas. Por ejemplo, la siembra de diferentes cultivos, sus técnicas de gestión son de bajo impacto ambiental y por lo general, se emplea la mano de obra familiar y local. Es decir, su encomia es endógena.
La organización de las naciones unidas para la alimentación y la agricultura (2020), estimó que el 38% del total de la superficie de la tierra mundial es destinado para la agricultura. Sin embargo, solamente una tercera parte se utiliza para cultivar la tierra y dos tercios son praderas y pastizales, destinadas al pastoreo.
La superficie de la tierra destinada al cultivo está segmentada en tierras de riego, bajo régimen de lluvia o temporal y cultivos perennes, tales como árboles frutales. palmas de aceite y cacao, abarcando un 10% del total de la superficie de tierra de cultivo. La superficie de riego es de aproximadamente 21%, contraste con la superficie de temporal y que solamente depende de la lluvia con casi el 70% del total de la superficie de tierra para cultivo.
Lo interesante de estos datos, es reafirmar la aseveración de la importancia que tiene la agricultura de temporal en todo el mundo, por lo que, los agricultores con pequeñas superficies agrícolas contribuyen significativamente en la producción de alimentos. Por lo general, estos agricultores utilizan insumos y herramientas locales, por ejemplo, semillas nativas, fertilizantes orgánicos, mecanización minuciosa, mismas que no generan considerablemente la compactación y erosión de la tierra. Además, los campesinos promueven y mantienen lazos armónicos culturales y familiares.
El incremento de la población mundial sigue siendo un tema que preocupa a muchos científicos y en particular a los de las ciencias agrarias, porqué se requiere de incrementar el rendimiento de los cultivos agrícolas, es decir, producir más en la misma superficie, para no hacer cambios en el uso de la tierra. En la siguiente gráfica se muestra como ha disminuido la superficie de tierra de cultivo per cápita a nivel mundial, durante más de cinco décadas (1961-2016).
Tierra de cultivo per cápita a nivel mundial: 1961-2016 Fuente: FAO (2020) |
Se han buscado distintas estrategias para dar solución a este problema, por ejemplo, cultivos de traspatios, cultivos en azoteas en zonas urbanas, consumo local, motivación e incentivar en las zonas rurales para no abandonar el campo, entre otras. Pero no ha sido suficiente, se requiere de otras acciones contundentes. Es necesario crear políticas publicas pertinentes para brindar mayor atención al campo, con funcionarios y actores realmente comprometidos socialmente con este sector. Los científicos e instituciones de esta área y agricultores no deber ser actores omisos en la formulación de programas y políticas publicas, por el contrario, se requiere de mayor intervención para no hacer estructuras ambiguas.
Literatura consultada
Organización de las naciones unidas para la alimentación y la agricultura (2020). Uso de la tierra en la agricultura según las cifras. [En línea: 27 abril 2022]. https://www.fao.org/sustainability/news/detail/es/c/1279267/
Schwentesius R., R. y Ayala G., A. V. (2014). Seguridad y soberanía alimentaria en México análisis y propuestas de políticas. CIDRI, INIFAP. Ciudad de México. 169p.
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