Las malas hierbas:¿qué tan perniciosas son?

La mayoría de las personas tenemos una connotación equivoca sobre la funcionalidad de las malas hierbas o también denominadas malezas. Tal vez, porque al escuchar esté término, lo primero que se nos viene a la mente, es la competencia entre plantas no cultivadas y cultivadas. Está percepción se reafirma en el diccionario de botánica de Font-Quer (1953) y la define como la ¨abundancia de hierbas malas que perjudican a los sembradíos¨. Sin embargo ¡no resulta ser del todo cierto! 

Venta de quelites y frutas de temporada en el mercado de Ixmiquilpan, Hidalgo
Fuente: Presentación en el 1er. Congreso Nacional, políticas, programas y proyectos para el rescate del campo mexicano del 5-8 de noviembre de 2018

La evocación de las malezas es divergente entre los distintos actores orientados a escudriñar las ciencias naturales y por ende sus ramas y disciplinas. En el área agrícola: los agronómos las consideran como plantas indeseadas, mientras que para los biólogos y ecólogos las deferencia como precursores de la sucesión ecológica. Es decir, la evolución de los ecosistemas

La etnobotánica es una interdisciplina que se apoya de la antropología, la botánica, la ecología, la química, la estadística, entre otras. para estudiar las relaciones que existen entre los humanos y las plantas que las rodean en las distintas culturas y tiempo (Schultes, 1941; Ghillean, 1991). Numerosos estudios han demostrado que los campesinos tienen una apreciación positiva hacia las malezas y las aprovechan. Las excluyen de ser perniciosas. Las consumen como verduras silvestres y las denominan quelites ("del vocablo náhuatl quilitl que significa verdura o planta tierna"). Algunas de ellas son especies de los géneros: Amaranthus, Chenopodium, Capsicum, Solanum, etc. pero también, las usan para alimentar a sus animales, las cultivan y cuidan como plantas ornamentales (p.ej. Titonia,  Dahlia, Cosmos, etc.), incluso como medicinales (Tagetes, Datura, Chenopodium, etc.) y en rituales, entre otras. 

Hombre recolectando quelites/códice Florentino (de dominio público)


Hablar de malezas conlleva a un tema controvertible y continuamente está sometida al debate y al escrutinio científico. Las inquietudes podrían ser innumerables, por ejemplo: ¿son benéficas o perniciosas?, ¿qué importancia tienen para la conservación de biodiversidad vegetal?, ¿qué importancia económica tienen?, etc.


Cultivo de maíz con hierbas de nabo (Brassica rapa L.) al noreste de Ixmiquilpan, Hidalgo

Las malezas son un tema de interés ecológico, económico, social y político. Han sido estudiadas desde distintos contextos y están agrupadas en malezas acuáticas, forestales, ruderales y arvenses. Tienen distinto estado migratorio, pueden ser nativas, exóticas e invasoras. Una de las razones, del por qué las estudian, son por los problemas de pérdidas económicas que causan a los cultivos agrícolas, al competir por espacio, agua, nutrientes, luz, etc. y son hospederas de plagas y enfermedades. Por ejemplo, se convierten en una plaga cuando en buena parte de la superficie agrícola dificulta su control y erradicación, aun con el uso de herbicidas. 

Un estudio de caso, ocurrió con algunos agricultores de maíz en Kenia (África) quienes tuvieron afectaciones por una planta parásita (Striga sp.) que ocasionó grandes pérdidas en rendimiento de grano y por ende poco ingreso económico (Masinde, 2020). Las estrategias para su control son complicadas. Los científicos de esa región agrícola recomendaron cultivar variedades tolerantes a herbicidas o la siembra de variedades locales e intercaladas con leguminosas. Es decir, se descartó un paquete tecnológico propuesto, que quizás era más prometedor en términos financieros, y se limitó por factores ambientales (bióticos).  Y ejemplos como el anterior, son numerosos. 

Planta parásita: Striga sp afectando a un cultivo de maíz/ Fuente: plantix 

Las empresas semilleras trasnacionales (Monsanto, Dupont, Syngenta, entre otros), han desarrollado paquetes tecnológicos para inhibir el crecimiento de malezas (desde preemergente) basado en el uso continuo de herbicidas. Por ejemplo, el glifosato (con patente extinto), un herbicida empleado en la agricultura para el control de malezas y polarizado por sus posibles efectos perniciosos a la salud de la población humana y en la pérdida de la biodiversidad. 


Fórmula química del glifosato
Fuente: wikipedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Glifosato


Los campos limpios, libres de malezas tampoco son aceptables, porque generan un desequilibrio ecológico y pérdida excesiva de la biodiversidad vegetal. Existen múltiples técnicas para la gestión de malezas, -excluyendo a los herbicidas como única alternativa-. La combinación de varias técnicas (remoción de la tierra, aporque oportuno, deshierbe, rotación e intercalado de cultivos, solarización, acolchado, etc.) contribuyen en la reducción de invasión de malezas. Pero, de ser necesario es recomendable el uso de herbicidas, mediante una gestión prudente y adecuada, considerando como una técnica más del manejo cultural (Harker, et al., 2005).

Al considerarse un problema -desde minúsculo hasta complejo-, en 1999 entro en vigor la Norma Oficial Mexicana, especificaciones para prevenir la introducción de malezas cuarentenarias a México (NOM-043-FITO-1999). El objetivo de su creación fue prevenir la introducción de malezas cuarentenarias. En dicha norma, por lo menos existen 65 especies que están restringidas a territorio mexicano. De registrarse una de ella, se debe enviar una muestra a un laboratorio para determinarla y emitir un veredicto (aceptación o rechazo). Sin embargo, en 2007 se registró en Guanajuato, una especie de este tipo: Polygonum convolvulus L. Una vez detectada la zona infestada se activa el manejo de los focos de infestación mediante muestreos y exploración de la maleza (se herborizan), con la finalidad de mitigar el riesgo de dispersión y afectaciones a los cultivos agrícolas. P. convolvulus afecta a los cultivos de trigo y cebada. Es posible que se introdujo a México a través de semillas contaminadas de dichos cereales provenientes de Estados Unidos y Canadá (Vibrans y Delgado, 2011).  

¡Pero, no del todo mal son las malezas! Los campesinos no suelen usar el término maleza para referirse a ellas. En varias regiones de México, las llaman: monte, buen monte, acahual, zacate, hierba, pasto, entre otros, ¡pero no, maleza! Y quizás se debe al uso que le dan los campesinos. 


Mirasoles (Cosmos bipinnatus Cav.) en un cultivo de maíz al noreste de Ixmiquilpan, Hidalgo

Como ya se mencionó con anterioridad. Las malezas tienen múltiples usos y han recobrado importancia económica y social. Un ejemplo, son las verduras silvestres. 
Los quelites, son tan importantes en la agricultura campesina que suelen comercializarlos en los mercados locales. En México, se consume un sin fin de quelites, de los cuales, se cree que más de 100 especies residen en la milpa. Su consumo condesciende desde épocas milenarias. Prácticamente, se aprovechan todas las estructuras tiernas de la planta. Aunque, en algunas regiones de México las deshidratan y las conservan para consumirlas en épocas fuera de temporada y particularmente en el invierno (Jasso-Arriaga, 2019). 
Su consumo puede ser en fresco o cocido con agua, aceite, cebolla, chile, ajo y sal.

Los quelites se consumen en prácticamente en todo el territorio mexicano. Sin embargo, existen regiones con mayor riqueza y diversidad: el centro de México, es una de ellas. En la Sierra Norte de Puebla, por lo menos se han registrado 80 especies de quelites, algunas de ellas, son fomentadas, cuidadas, toleradas y cultivadas (Basurto-Peña, et al., 1998). Pero. ¿existe disponibilidad y abastecimiento para su consumo? La respuesta suele ser imprecisa, porque son plantas que se consumen en una temporada del año y son pocas las familias campesinas que las almacenan. Por lo general, las mujeres y los niños son los encargados de recolectarlos. Numerosos estudios sustentan la importancia de la riqueza biológica y cultural en el sector rural a través del aprovechamiento de los quelites y se objeta la noción generalizada de que la dieta de los campesinos es monótona. 

Los quelites son fuente de vitaminas, minerales y fibra. Pero no están exentos de ser invalorizados. Las razones están determinadas por la gestión de los sistemas agrícolas. Los herbicidas son letales para ellos. Algunos campesinos han sustituido el deshierbe manual por el uso de herbicidas. La razón se le atribuye a la escasez de mano de obra, por lo que, les resulta más práctico y costeable. Los campesinos están consientes de que al hacer ese cambio inhibe la oportunidad de aprovechar los quelites para su consumo. Sánchez (2015) documentó la presencia de quelites en cultivos de maíz en San Juan Ixtenco, Tlaxcala, pero los agricultores no las consumían por temor a ser intoxicados, ante las previas aplicaciones de herbicidas durante el desarrollo del cultivo. Otro caso similar fue documentado por Vázquez-García et al. (2004) en Ixhuapan, Veracruz. Las personas mayores de está región aprecian los quelites y prefieren hacer el deshierbe manual, pero los más jóvenes no. Sin embargo, no se descarta en gran medida la poca voluntad de los responsables de dirigir los programas sociales en el sector rural. Al distribuir los herbicidas en paquetes tecnológicos. Contrario a los casos anteriores Vieyra-Odilon y Vibrans (2001) registraron una gestión más armónica: no se descartó el uso de herbicidas pero tampoco la erradicación total de los quelites en el Valle de Toluca. Los agricultores de esa región dejaron partes del terreno agrícola sin aplicar herbicidas para aprovechar los quelites, incluso para comercializarlos. 
  

Nabo (Brassica rapa L.)

Muchas veces se cree que el consumo de quelites está correlacionado con el nivel social y económico de la población. Vieyra-Odilon y Vibrans (2001) refutan está aseveración (r=0.33). En la región de estudio (Valle de Toluca, en el centro de México) las familias entrevistadas en promedio consumían 4.5 kg de quelites durante esa temporada. Un dato interesante, se acentúa en la relevancia económica que tienen los quelites. Uno de los campesinos -ajeno al grupo de los entrevistados- vendió más de media tonelada de quelites (Brassica rapa L.) asociados al cultivo de cebolla y resultó ser un ingreso adicional ($1,496.00) con respecto a la cosecha de cebollas. Otro estudio documentado por González-Amaro et al. (2009) determinó el potencial de las malezas asociadas al cultivo de maíz en Nanacamilpa, Tlaxcala. Enfatizó la relevancia económica y la integración de todos los elementos de la milpa para el análisis financiero. De solo incluir el grano de maíz como único elemento del sistema agrícola, no resultó rentable. 

Hierbas de Bidens odorata Cav. asociadas con la milpa, al noreste de Ixmiquilpan, Hidalgo

Un estudio reciente documentó 103 plantas silvestres asociadas con el cultivo de maíz en el noreste de Ixmiquilpan, Hidalgo. la mayoría de ellas tenían un uso y sólo uno, no. También se registró 26 plantas cultivadas asociadas al cultivo del maíz, algunas estaban intercaladas y otras en las orillas y bordos de la milpa. Los cultivos intercalados se trataba de leguminosas, papas y calabazas y en las orillas los frutales: manzana, durazno, pera, maguey, nopal y plantas aromáticas. 



Las malezas atraen a los polinizadores. Estos hacen una gran función para incrementar la productividad de los sistemas agrícolas, ademas la diversidad de polinizadores coadyuvan a incrementar el rendimiento agrícola.


Peritas (Lopezia racemosa Cav.) en el cultivo de maíz, al noreste de Ixmiquilpan, Hidalgo




Literatura consultada 

Basurto-Peña, F., Martínez-Alfaro, M. A. y Villalobos-Contreras, G. (1998). Los quelites de la Sierra Norte de Puebla, México: Inventario y formas de preparar. Boletín de la Sociedad Botánica de México 62: 49-62.  

Ghillean, T. P. (1991). What is the ethonobotany today? Journal of ethnopharmacology 32: 209-216. 

González-Amaro, R. M.,  Martínez-Bernal, A., Basurto-Peña, F., and Vibrans, H. (2009) Crop and non-crop productivity in a traditional maize agroecosystem of the highland of Mexico. Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine 5 (38): 1-9. 

Harker K.N., Clayton G.W., O’Donovan J.T. (2005) Reducing agroecosystem vulnerability to weed invasion. In: Inderjit (eds) Invasive Plants: Ecological and Agricultural Aspects. Birkhäuser Basel.
Jabran K. (2017) Maize Allelopathy for Weed Control. In: Manipulation of Allelopathic Crops for Weed Control. SpringerBriefs in Plant Science. Springer, Cham

Jasso-Arriaga, X. (2019). Principios de conservación: coexistencia entre diversidad de especies comestibles y conocimiento tradicional. Polibotánica 47: 179-199. 
Font-Quer, P. (1953) Diccionario de botánica. ed. Península. Barcelona. 1244p. 

Lucas A. Garibaldi, Luísa G. Carvalheiro, Bernard E. et al. (2016). Mutually beneficial pollinator diversity and crop yield outcomes in small and large farms. Science 351. pp: 388-391 

Masinde J. (2020). work to develop high yielding striga tolerant maize seed is bearing fruit. CIMMYT 

Sánchez S., C. D. (2015). Evaluación de los sistemas productivos de maíz en San Juan Ixtenco, Tlaxcala. Tesis. Colegio de Postgraduados, campus Montecillo. Texcoco, Estado de México. 98p. 

Schultes, R. (1941). La etnobotánica: su alcance y sus objetivos. Caldasia 1 (3): 7-12. 

Vázquez-García, V., Godínez-Guerava, L.,Montes-Estrada, M., Montes-Estrada, M. y Ortíz-Gómez, A. S. (2004). Los quelites de Ixhuapan, Veracruz: disponibilidad, abastecimiento y consumo. Agrociencia 32 (4): 445-455. 

Vibrans, H. and Delgado, J. C. (2011)A first attempt to eradicate a quarantined weed in Mexico: the example of Polygonum convolvulus in Guanajuato. Plant Invasions 53.  

Vieyra-Odilon, L. y Vibrans, H. (2001). Weeds as crops: the value of maize field weeds in the valley of Toluca, Mexico. Economic Botany 55: 426-443. 


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